El término aislamiento térmico surgió de la capacidad que tienen ciertos materiales de ser aislantes, es decir, de evitar o hacer posible un menor intercambio de calor. De este modo, el objetivo principal es garantizar un entorno más cómodo y saludable.
El término aislamiento térmico surgió de la capacidad que tienen ciertos materiales de ser aislantes, es decir, de impedir o hacer posible un menor intercambio de calor. Esto se debe a que ciertas sustancias tienen un bajo coeficiente de conductividad de la temperatura y sus propiedades se conservan bien a lo largo del tiempo.
En este sentido, el aislamiento térmico consiste precisamente en emplear materiales que contengan esta capacidad de resistencia térmica, reduciendo el intercambio de calor entre el ambiente interno y el externo.
Importancia del aislamiento térmico en las viviendas
El aislamiento térmico evita que el ambiente interno pierda calor y se enfríe cuando las temperaturas externas son bajas o, por el contrario, que se caliente cuando las temperaturas externas son más altas.
Así, el objetivo principal es garantizar un entorno más cómodo y saludable.
A través de esta acción, también es posible tener un ahorro significativo en los gastos de climatización, ayudando a que el edificio sea más eficiente e incluso sostenible.
Instalación
Desde el tejado hasta los cimientos de la casa, convertirla en un recinto cerrado con buena circulación de aire requiere una instalación cuidadosa, continua y profesional, que limite los puentes térmicos y proteja el aislamiento de la humedad.
Además, para que el sistema de aislamiento sea realmente eficaz, todas las partes de la casa que estén en contacto con el exterior deben tener una capa de aislamiento aplicada según los requisitos técnicos.
Ventajas del aislamiento térmico
- Mantiene la temperatura ideal - Un pequeño trozo de material aislante es tan resistente a la pérdida de temperatura como un muro de hormigón.
- Disminuye los gastos en la factura - La minimización de las pérdidas se traduce en un ahorro al ajustar los gastos de calefacción y aire acondicionado.
- Reduce el consumo de energía - Al reducir el consumo de energía, también estamos reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Evita la humedad y la condensación - El aislamiento mantiene las paredes y los techos secos y evita que se deterioren.
- Reduce el ruido - Algunos materiales de aislamiento térmico, como la lana de roca o los paneles de algodón, también mejoran el aislamiento acústico de nuestra vivienda. Pero, también puedes poner ventanas antirruido.
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